miércoles, 24 de junio de 2015

Mi vida os pertenece

Capítulo 1


Tras una larga semana de visitas esperadas de familiares cercanos pero a la vez, inesperadas de amigos agregados en Facebook, conocidos, sí, pero no cercanos como para ir al hospital a ver a mis pequeñas. Qué bien suena eso ¿no? Pues después de esta larga pero agradable semana, volvemos a casa. Al llegar al coche yo me senté en el asiento trasero con Marta y Clara, y a Ángel no le quedó más remedio que situarse en el asiento del piloto. Siempre que parábamos por algún cruce, paso de peatones o semáforo nos dirigía una mirada fugaz pero cargada de ternura a través del espejo retrovisor. Yo me tiré todo el camino comiendo a besos a mis hijas. Tan pequeñitas e indefensas, con sus fugaces miradas que rara vez dejaban ver porque casi siempre mantenían sus ojitos cerrados, osea que rara vez era la que estaban despiertas. Sabíamos que los recién nacidos dormían bastante, pero ¿tanto? nos resultaba un poco extraño así que preguntamos un día a la médica.

-Perdone doctora, tenemos una pregunta para usted-dijo Ángel.

-Claro, preguntad todas las dudas que tengáis- contestó la doctora con una sonrisa.

-Sabemos que es un poco tonta, pero… ¿es normal que duerman tanto?- Ana, la médica, bajo la mirada intentando no sonreír más de lo debido.-Sí, es normal que estén casi todo el día durmiendo- contesto mirándolos de nuevo a los ojos- y ahora tengo yo una pregunta para ustedes, son primerizos, ¿estoy en lo cierto?- Ángel y yo nos miramos un poco avergonzados.

-Sí- tercié yo por primera vez en esta conversación.

-Pues no tenéis que avergonzaros por preguntar, me alegra que lo hagáis- dijo Ana al notarnos de ese modo- si supierais  con los padres ignorantes y dejados que me he tenido que enfrentar en mis 25 años ejerciendo este trabajo… bueno, me marcho que tengo que atender a otras madres. Si necesitáis algo o tenéis alguna otra pregunta, estaré por estos pasillos- con una última ojeada a Marta y Clara, se marchó.Y finalizando este recuerdo, llegamos a casa. La última vez que salí por la puerta del garaje montada en la parte trasera de este mismo coche, llevaba a dos personas luchando por salir de mi cuerpo y ahora entran luchando a mis extremos y reclamando su hora de la comida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario