domingo, 5 de julio de 2015

Mi vida os pertenece

Capítulo 3


Llegamos a nuestro destino y entramos por urgencias porque estaba claro que no íbamos a esperar a la pediatra que las revisaba. Tal vez solo es una tontería me decía a mí misma una y otra vez, si le pasara algo ya se lo hubiera dictado la pediatra en las distintas revisiones que hemos tenido, sí, seguro que es solo un resfriado o algo por el estilo. Pero no me basta con decírmelo a mí misma, tenía que decirlo en alto para autoconvencerme un poco más porque con tan solo dejar ese pensamiento en mi cabeza no da resultado.
-Cariño, es tan solo un resfriado ¿verdad? Porque si fuera algo más preocupante ya se habrían dado cuenta los médicos durante el parto o en las revisiones ¿no?- confesé mis pensamientos en alto para ver si así me tranquilizaba algo.
-Estoy seguro, no debemos preocuparnos porque seguro que los llantos es tan solo porque no tiene apetito- hizo un amago de sonreír.
Al vernos tan alarmados, en seguida nos atendieron, tal vez porque entramos por urgencias y no había mucha gente, no lo sé pero ese dato no me importa ahora. Ahora solo quiero saber que mi pequeña está perfecta de salud, que tan solo tiene un resfriado y de vuelta a casa.
-Vamos, pasad- nos comunicó el médico de guardia.
La habitación era muy fría, toda pintada de blanco, con muchos cachivaches, una camilla, estanterías y el escritorio.
-¿Qué le pasa a esta pequeña que aparentemente está perfecta?
-Usted mismo lo ha dicho, aparentemente. Verá, llevamos una temporada que no para de llorar y no tiene apetito- contesto Ángel.
-¿Eso es así pequeña?-dijo dirigiéndose a Marta- eres muy pequeña para empezar ya con la tontería esa de que no quieres comer porque estás gordita- Ángel y yo nos miramos con una sonrisa aunque muy fugaz porque aún estábamos preocupados- venga, ahora vamos a ponernos serios. Le voy a escuchar el pecho a ver si se trata de algún resfriado y luego le miro la garganta- nos informó.
No le contestamos, esperamos atentos a que nos diga el resultado. Mientras tanto, Carla abrazada a un peluche que había traído de casa, mira a su hermana vergonzosamente.
-Al parecer no tiene nada, tan solo un poco la garganta inflamada pero eso puede ser de los innumerables lloros que ha tenido últimamente, según me habéis informado- concluyó el doctor- el pecho lo tiene bien, así que no os preocupéis tanto. Es normal que los niños de esta edad lloren, lo raro seria que no lo hicieran nos comunicó.
-Muchas gracias doctor, nos vamos mucho más tranquilos- le dije hablando por primera vez desde que entré a esta habitación.
-Vamos, os acompaño a la puerta- nos dijo.
Al salir le dimos las gracias de nuevo y antes de cerrar la puerta oímos que susurro con tono burlón "primerizos". A este comentario preferimos hacer oídos sordos ya que nosotros creemos que aparte de ese comentario ha estado muy acertado.



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